Secretos y humedad bajo las piedras [Kendal Nigthly]

Katrina tenía la costumbre de visitar a sus padres con recurrencia ¿Por qué? porque estaban muertos y le resultaba gratificante que no pudiesen contestarle ni elevar la voz para regañarla por no ser todo lo que ellos hubiesen esperado que sea. Tenía la manía de hablarle a las placas que se encontraban dentro del Mausoleo familiar. Solía estar allí por horas hablando en susurros y sus visitas podían hacerla sentir angustia, enfado y varios sentimientos al mismo tiempo. Incluso podía visitarles en días tormentosos pero era necesario para ella el asistir al menos una vez al mes. Le parecía más barato y seguro que visitar a un psicólogo. Pertenecer a la facción de los Exterminadores de lo oculto y llevar el peso de los secretos que tenía almacenados en su memoria no eran cosas que le permitiesen darse el lujo de descargar la lengua con cualquiera. Ni siquiera con Kendal, a quien esperaba en aquel entonces.

No era la primera vez que quedaba con aquel hombre en ese sitio. Aunque también le escondía secretos, como lo era por ejemplo el tema de ser una mestiza de sangre. Ambos pertenecían a la facción de los Exterminadores de lo Oculto y aunque ella tuviese más sangre de humana que de sobrenatural, temía lo que este pudiese llegar a decir o hacer si llegaba a enterarse de aquello. Podría experimentar con ella, revelar su secreto o incluso hasta matarla con el desprecio. No quería eso y era de sus más grandes temores. Ultimamente tenía muchas pesadillas al respecto pero era una mujer fuerte y se había asegurado de estar bien dispuesta sin que su personalidad se quebrase.

Descansaba la espalda contra la pared externa del mausoleo refugiandose bajo el techo sobresaliente del mismo. Llovía y la verdad es que llovía bastante fuerte.

Kendal llego al lugar caminando bajo la lluvia, traia unos zapatos de traje los cuales debido al barro habian perdido parte de su color negro y parte era de ese marron fango, aquellas gotas que habian empezado como un mero chispeo poco a poco se estaban convirtiendo en algo peor y el hombre no tenia mas remedio que refugiarse bajo el paraguas negro y el abrigo largo que traia puesto pues por el cambiante viento a veces el agua lo golpeaba de lado, otras desde arriba, otras en diagonal, parecia que el hombre luchase realmente en contra del clima con aquel paraguas.

Cuando pudo observar el mausoleo al fondo se aproximo zigzagueando entre las tumbas que se encontraban en el camino, pudo ver bajo la luz del farolillo de la pared a aquella mujer. Ellos eran algo diferentes, si bien sabian de la tecnologia mucha de ella resultaba obsoleta para el oficio que manejaban y con el que se ganaban la vida, aunque si era verdad que les facilitaba la vida en muchos casos en otros eran simplemente peso muerto. Se acerco a ella y la hablo un poco mas alto de lo que acostumbraba bajo el murmullo de la lluvia.

- Espero sea importante Katrina.

Fue lo unico que alcanzo a decir, aunque ellos ya habian compartido algunas intimidades mutuas sin lugar a dudas hay momentos en los que a uno se le puede o no hacer salir de casa y ese no parecia el mas adecuado.

La voz de Kendal le irritó más por sus palabras que por el tono empleado, el cual comprendía fuese algo más elevado debido al murmullo avasallante de la lluvia. Le había visto venir y solo había despegado su espalda de la pared cuando este se acercó lo suficiente como para tenerla a unos escasos centimetros. No muy cerca tampoco porque él no era de los que solían invadir el espacio personal de las personas, no porque si ni así como si nada.

La mujer sonrió de medio lado expulsando esos temores de su cuerpo y dejando que sus botas de taco alto resonasen levemente sobre el fangoso suelo se animó a responder.- Importante no, pero haré que valga la pena si es que te encuentras malhumorado por las cuestiones climáticas y mi atrevimiento de pedirte que dejases tu cálido nido.- Se acercó al hombre de forma coqueta y sugestiva abriendose levemente los dos primeros botones de su camisa y haciendole una seña con un simple ladeo de su cabeza en dirección al mausoleo le dijo algo más en un tonito más que sugestivo ya que esa sonrisa que seguía esbozando no se marchaba de su rostro. Era quizás una invitación un tanto morbosa pero sabía que a él le gustaban ese tipo de cosas o que al menos no les hacía asco.- ¿Quieres entrar? Podríamos mojarnos de formas más divertidas...

Kendal observo los movimientos de la mujer, esos movimientos felinos, movio el paraguas impidiendo que se mojase tambien por educacion, aunque ella supiese que Kendal podia ser tan caballero como perverso, era la primera imagen la que prevalecia frente al publico, pues ya se sabe lo que ocurre; "No eres lo que es, sino lo que pareces."

- Ese tipo de cosas pueden...

Empezo a murmurar aunque el sonido de la lluvia ahogo sus palabras haciendole escuchar el resto de las cosas que decia la mujer. Sin lugar a dudas aquello era mucho mejor que quedarse en casa bajo la manta, o al menos eso esperaba.

- Guiame.

Dijo mientras dejaba que ella fuese delante para asi poder observar sus curvas y sus movientos con cada uno de sus pasos. Si era cierto que no habian estado mucho juntos pero tenia claro que sin lugar a dudas la mujer y el habian tenido quimica y no solo en el trabajo sino compaginandose muy bien en tantos otros aspectos.

El sonido de sus tacos repiqueteó sobre el suelo de mármol al entrar en el mausoleo. No le importaba ir dejando un rastro de barro tras de si y tampoco le importaría que Kendal lo dejase. Incluso, podía llegar a ser tan falta de escrúpulos como para recostarse sobre el ataud de sus padres si así lo deseaba pero no era algo que le apeteciese hacer de momento. Ya generaba suficiente morbo el hecho de estar allí junto a aquel hombre.

Bajó la escalerilla dejando que él fuese detrás de ella. Cada escalón que bajaba le hacía sentir un poco más aliviada, más contenida. Hubiese esperado sentir un fuerte y hediondo olor a cadaver si se adentrasen en una tumba normal pero tanto él como ella sabían que existían hechizos y magias que amortiguaban aquellos olores.
De hecho, había un poco de olor a humedad pero eso era todo.

Se detuvo frente a los dos ataudes principales y volteó a verle. Era una bóveda bastante amplia, con una antecámara la cual habían dejado atrás después de bajar las escaleras de piedra. Era una construcción muy antigua y secreta pues si bien las escaleras eran visibles al momento de que Kendal llegase al mausoleo, las mismas se ocultaban de la vista generalmente. Una llave que la mujer traía colgando de su pecho y un simple conjuro hacian que un muro sellase y bloquease la entrada, camuflandola. A simple vista solo parecía ser un mausoleo conmemorativo, con placas y nada más que eso. Bajo el nivel del suelo y la piedra estaban los cuerpos, ocultos y con sus secretos bajo las tapas de aquellos pesados ataudes.

El padre de Katrina era un antiguo miembro de la Facción de los Exterminadores. Ella nunca había llevado a Kendal allí abajo pero si le había comentado de la verdadera existencia de ese lugar y era quizás, lo más cerca que le había traído de sus secretos. Esperaba que el hombre no se pasase de curioso y solo se centrase en ella aunque había sido cuidadosa de ocultar de la vista lo adecuado.

-Te presento a mamá y papá....- Se rió por lo bajo y esa risa resonó en la abovedada construcción. Sonaba un tanto maníaca y enferma debido al eco y a la situación.- No te preocupes... no nos molestarán.- Dijo mientras seguía desabotonandose la blusa. Podía verse un pantalón negro de vestir bastante entallado y el inicio de aquellas botas negras completando su atuendo. La camisa era blanca.

Kendal camino, sacudiendose levemente los pies al entrar y en cada escalon, realmente no le gustaba demasiado que sus zapatos llevasen barro o estuviesen sucios, pero era algo con lo que podria vivir. Escuchaba el repiqueteo de los tacones de la mujer mientras bajaban, sorprendentemente el lugar estaba bastante bien iluminado y ambos veian sin necesidad alguna de luz.

Al cabo de un rato cerro el paraguas y lo alejo levemente de el para no mojarse, deteniendose despues frente a la mujer cuando hacia aquella presentacion, sin lugar a dudas Kendal puso su sonrisa mas encantadora cuando se acerco levemente a los ataudes de sus padres, pasando al lado de ella un momento, aunque no sobrepasandola tan solo quedandose a su lado.

- Buenas noches, señor y señora Van Tassel, es un gustos conocerlos.

La siguio el juego Kendal mientras observaba atentamente el ataud de cada uno de ellos, uno de ellos estaba hecho de caoba con incrustaciones doradas mientras que el otro de ebano con incrustaciones plateadas, quizas sus padres eran mas diferentes de lo que el pensaba. Dejo el paraguas alli apoyado contra una pared mientras miraba a la mujer de reojo con su sonrisa aun alli colocada, pero tornandose esta vez un poco mas picara.

- ¿y?

Fue lo unico que dijo pues ella sabia que el estaba esperando realmente lo "interesante" que le habia prometido, el morbo estaba situado sin lugar a dudas, ahora solo quedaba una cosa, el hecho de que haria aquella mujer en esa situacion, aunque parecia muy dispuesta a todo.

Le dejó mantener todo aquel teatro de las presentaciones el tiempo adecuado antes de reclamar su atención visual al abrirse la camisa por completo. Al menos ahora tenía toda su atención y también podía darse cuenta de que todo la molestia que él hubiese podido sentir al desplazarse hasta ese sitio había quedado ironicamente y de igual forma desplazada de la mente de aquel sujeto pues había algo que ella podía ofrecerle y que le venía ofreciendo en ocasiones pasadas. Algo que ella sabía que él disfrutaba.

Dejó que la camisa resbalase por sus hombros y terminase por caer al suelo impoluto. Se dio la vuelta observandole por encima de los hombros mientras recargaba los codos sobre el ataud de su madre, haciendo que su trasero fuese un poco más notorio debido a la posición inclinada de su espalda.- Y ahora podrías ayudarme con el broche... si no te es demasiada molestia.- Dijo refiriendose a los cierres de su sujetador.

Kendal observo aquello y sin lugar a dudas le provoco algo que no fue ni de lejos repulsion por su accion, sino un morbo insano ante todo aquello. Se acerco a ella mientras se quitaba la chaqueta dejandola tambien encima del ataud de su madre.

- ¿Que clase de caballero seria si no lo hiciese?

Dijo mientras se desabrochaba los botones de las mangas de la camisa, normalmente estorbarian en situaciones asi, pero cuando sus manos comenzaron a subir despacio por la espalda y los costados de ella, trazando figuras imaginarias alli por donde pasaban y sus costados la tela de la camisa producia una doble sensacion como si fuesen mas de dos manos las que la rozaban, acaricio su cuello mientras se pegaba levemente a ella, no del todo para que no le notase lo que ocurria en esos momentos, pero si para que supiese que estaba alli.

Sus manos se encontraron en el centro y con suave habilidad y delicadeza soltaron el broche dejandon que ella decidiese que hacer a continuacion, sin lugar a dudas preferia ver como se desarrollaba todo y que hacia en esos momentos mientras sus manos jugaban en su espalda de aquella manera, recorriendo sus hombros y la parte delantera de la clavicula.

Sintió su respiración, sus manos. El tacto de los puños de la camisa de Kendal sobre su piel era algo que no esperaba y lo que le provocó un sin fin de sensaciones en su zona más íntima. Mordiendose el labio inferior aunque de espaldas al hombre, sin que este pudiese notarlo, Katrina estaba sintiendose un poco más excitada de lo que ya estaba. Le dejó continuar con los roses de sus manos tan solo unos segundos hasta que las mismas fueron interceptadas por las suyas. Sin voltear, guió sus manos por su cintura hacia el frente de su vientre. Las depositó sobre el botón y cierre de su pantalón y allí las dejó mientras ella se dedicaba a deslizar los breteles de su sostén por los brazos desnudos. Lo revoleó descuidadamente por el aire sin prestar demasiada atención a donde aterrizaba aquella prenda. Sus pechos se sintieron liberados y a pesar de su edad, los mismos se veían firmes, en un perfecto estado. No le hizo falta decir mucho más en aquel instante pues las cosas se decían solas.

Kendal noto aquel movimiento y dejo que le guiase, sus manos acariciaron con suavidad la tela del pantalon mientras ella se quitaba aquella prenda, sin lugar a dudas liberandose aunque la apariencia no cambio demasiado, debia decirse que la edad de ambos no era la que aparentaban, su trabajo exigia unas condiciones fisicas por encima de la media y sin lugar a dudas ellos parecian diez o quince años mas jovenes de lo que en verdad eran y no solo en apariencia sino en ciertos apetitos.

Sus manos recorrieron el pantalon, tocando con suavidad las partes intimas de la mujer, apretando con suavidad alli donde sabia que ella comenzaria a mojarse poco a poco, sus dedos jugaron alli un rato hasta que su otra mano desabrocho el pantalon despacio y bajo la cremallera, poco a poco el mismo comenzo a deslizarse, aunque al principio necesito la ayuda del hombre despues cayo practicamente por su propio peso mientras ahora jugaba directamente sobre la lenceria de la mujer, notando el calor que emanaba su sexo donde el tocaba.

Un muy suave movimiento de sus caderas hacia ambos lados terminó de deslizar el pantalón haciendo que el mismo tocase el suelo. Quitó uno a uno sus pies apartando la prenda hacia un lado aún quedandose con aquellas especies de botas de taco alto. Llevaba un culote muy delicado del cual pendían dos ligas directamente conectadas a unas medias que le llegaban por encima de las rodillas. Era sin lugar a dudas una mujer de buen gusto y con una sensualidad bastante conservadora. Aquellas vistas no se las dedicaba a cualquiera pero todos eran conocedores de la sensualidad de esa mujer pues a pesar de vestirse acorde a su edad, tenía esa personalidad y ángel que la caracterizaba como una femme fatale.

Allí donde Kendal tocaba la prenda íntima se iba humedeciendo y la misma Katrina cerraba los ojos disfrutando de aquel momento. Sinembargo, se privó de seguir gozando con la situación pues sabía cuando le gustaba a aquel sujeto que le intentasen dominar. El hombre tenía caracter pero ella sabía manejarle, sabía lo que le gustaba y los límites del mismo.

Llevó una de sus manos hacia atrás, interponiendola entre el miembro endurecido del sujeto y su trasero. Si que estaba duro... y lo había podido sentir hace unos pocos segundos cuando él se pegó a ella al completo con la ropa de aún de por medio. Lentamente giró sobre sus talones con una elegancia refinada y acercando sus labios a los suyos comenzó a besarle. Primero lentamente y luego de forma un poco más apasionada a medida de que los roces de su mano sobre la entrepierna de Kendal se iban subiendo de tono.