Atrapados en Dissura

Sabía que había impactado en la planta por el chillido extraño que esta produjo.
Hizo aparecer una pequeña chispa de luz en su mano con un chasquido pudiendo ver por un instante con total clairdad aquella boca de planta con sus puntiagudas hileras de dientes abriendose de par en par. Antes de poder hacer mucho más algo la agarro del tobillo y la levantó en el aire dejandola boca abajo. Chilló ella por la sorpresa mientras uno de esos tallos le apretaban el tobillo.

Inmovilizada, intentó hacer algo de fuerza para llegar hasta su tobillo con las manos, forcejeando y tasguñando aquel tallo.

La planta no la atacó en demasía porque no la consideraba una verdadera contrincante en comparación del bocadillo suculento que se quería tragar en primera instancia y el cual presentaba un mayor desafío. Quizás a ella se la comiese de postre.

Como no estaba dando resultado eso de usar las manos empezó a meterles patadas con su pie libre en lo que pensaba que otro hechizo usar.

-Suelta bicha mal nacida! Te voy a arrancar de raiz!

Hyunkel consigo liberarse como pudo de dos fuertes tirones aquellos zarcillos que quedaban en torno a su armadura cedieron, sin lugar a dudas mas decidido a liberar a su compañera que a si mismo. Lanzo su espada contra el tallo que la aprisionaba pues el si habia visto lo que se avecinaba y de donde provenia aquel ruido en ese instante.

- Levantate y corre, mas vale que te hagas cargo de la planta y cambiemos.

Dijo tropezando cuando otra de aquellas raices salia del suelo agarrandole el pie. No se contuvo y cerro su puño golpeando la raiz y la tierra haciendo que la misma se aplastase supurando sabia y el suelo se quebrase bajo la presion de su brazo, nunca habia demostrado la fuerza que tenia sobre un objetivo estable pero ahora sabia que era capaz de hacer cosas asi. Esperaba que entendiese si se giraba para ver lo que venia atras.

Se estrelló contra el suelo en cuanto este logró liberarla. Adolorida se levantó tan rápido como pudo.- Muy facil decirlo!.- se aquejó sintiendo el sabor a sangre en la boca. Seguramente se había partido un poco el labio. Se levantó y corrió pero se dio cuenta que él estaba de nuevo en el suelo. No quiso mirar hacia atrás, de donde provenía el ruido. Sentía un escalofrío recorrerle la espalda.

Torció la mano provocando que la tierra se levantase y atrapase parte del tallo.
Corrió lo más que pudo cuando Hyunkel quedó liberado.- Espero tengas tu espada bien agarrada porque no pienso regresar a este lugar!

Hyunkel se levanto cuando ella le cubrio de aquella manera mientras que poco a poco la planta intentaba rodear la barrera que habia forjado delante de ellos, los zarcillos palpaban ya que aunque no tendria ojos el sentido del tacto lo tenia sumamente desarrollado quizas se movia por algun tipo de impulso o sensor de calor propio.

El chico no se paro a responder demasiado sino que hizo el gesto de asir mas su espada mientras se levantaba y se colocaba a espaldas de la muchacha ya que lo que venia detras quizas seria mucho peor, las piedras azules que habian visto en torno al camino comenzaban a reunirse y a formar aquel ser, como si fuesen pequeños escarabajos coordinados que se movian al unisono como conectados de alguna manera.

- Sera mejor que puedas cubrirnos mientras entretengo a este, espero que puedas podar adecuadamente.

-La jardinería no es muy lo mio pero a ver que puedo hacer...-
Que bien.. hasta las plantas trabajaban en equipo con otros seres y ellos que eran humanos y hablaban el mismo idioma lo tenían más complicado. Era irónico y estúpido.
Se concentró pensando que hacer. Una idea la golpeó. Se agachó tocando la tierra y transmitió algo de electricidad bajo la misma conduciendo aquel rastro alrededor de ambos, formando un círculo que los protegiese. Si algo intentaba alcanzarlos por abajo o penetrar dicho círculo se electrocutaría. Mantuvo la mano restante alerta por si algo se acercaba para producirle una descarga también.

Bajo su yelmo de metal magico el chico sonrio, empuño su espada con fuerza mientras aquellos pequeños seres formaban un todo aun mas grande de lo que habia sido originalmente, habia sido una estupidez no pararse a pensar en aquellas pequeñas piedras como una amenaza, se olvidaba de que en los planos habia seres devoradores por todas partes y podia realmente pasar cualquier cosa.

- Puedes podarlo o arrancarlo de raiz, la decision es tuya...

Golpeo con fuerza el torso de aquel ser pero a medio camino se detuvo su espada trabandose con la piedra que sorprendentemente se habia apartado para formarse en un pequeño escudo atrapandola despues en su interior.

- Vas a ser algo problematico..

Las enredaderas no serían un problema mientras ella aún mantuviese ese campo eléctrico a su alrededor. En cuanto al humanoide de piedra no tenía idea de como combatirle. Incluso ahora que este se había medio tragado la espada de Hyunkel sentía menos esperanza de vencerle.

Se mordió el labio inferior pensativa y molesta de que no le bajasen más ideas.
Piedra.. un puto bicho de piedra ¿Qué podía hacer contra aquella mole?
¿Agua? ¿Corroerlo? Pero se tardaría muchos años en perforar la piedra, no tenían tanto tiempo.

Observó la tierra bajo aquel ser y se concentró. Quizás hacer que la misma tierra lo clavase al suelo. Se centró en el terreno intentando formar una depresión que capturase sus pies, dejandole un poco enterrado. Movió la mano libre y aguardó.

La compenetracion de los dos no fue buena para nada, ya que mientras ella pensaba en hundirlo Hyunkel como guerrero sonrio al monstruo de piedra y agarro con firmeza su espada esta vez con las dos manos.

- Has elegido lo peor...

Dijo mientras hacia fuerza y la chica podia observar como aunque medio temblando el muchacho comenzo a levantar a aquella mole que se habia afianzado de su espada, increiblemente los pies de la misma se despegaron del suelo y con un grito la aviso.

- ¡¡¡Agachate!!!

Dijo lanzando por encima de la muchacha al ser con la espada incluida dirigido directamente contra la planta, o lo que pensaba que seria el cuerpo principal de la planta.

Se agachó como pudo, despegando la mano del suelo por la sorpresa. La barrera eléctrica se rompió y aquel cuerpo pasó volando por sobre su cabeza. Se aplastó contra la tierra ensuciandose la mitad de la cara y posiblemente bastante de la ropa.

Ni bien fue posible se puso en pie escuchando como la planta chillaba. El humanoide de roca hizo un gran ruido. No había tiempo para quedarse mirando, era mejor huir antes de que sus rivales pudiesen contratacar.

Se puso en pie y echó a andar.

-Salgamos de aquí ya.-

Tiró de la mano de Hyunkel deseosa de salir de aquel endemoniado bosque. No importaba si regresaban a la posada y se quedaban allí lo que restaba de noche. Con tal de salir del bosque daba igual.

Hyunkel se acerco a donde ella estaba tirada, ayudandola tambien, aunque no sin antes tomar su espada que habia quedado en el suelo, no era de extrañar que ahora ellos hubiesen pasado a un segundo plano, no era que el "golem" fuese compañero de la planta, sino que mas bien ellos eran oportunistas, habian visto la opcion de una comida rapida y se habian visto envueltos de maneras que no se habian esperado, aunque siguio a la muchacha envuelto en la armadura de placas que traia puesta al notar su tiron mas no su tacto ya que ella solo podria notar el frio metal de la armadura magica que traia.

Cuando estuvieron un poco mas lejos se quito el yelmo dejando verla su rostro y viendo que realmente habia sudado bajo la armadura, no era una imagen que solia mostrar pero el maldito golemcillo habia conseguido que realmente tuviese que hacer uso de una fuerza que no habia hecho en años.

- Bosque 0.

Añadio suspirando y respirando.

-Aún así nos ha dado una buena paliza.- Se aquejó recuperando algo de aliento y viendole a la cara. Ella tenía el labio partido desde hacía ya un buen rato. Sentía un poquito de sabor a sangre en la boca y tenía la mitad del rostro un poco cubierto de tierra. Podía observar el sudor en el rostro de Hyunkel, cosa poco habitual. Le había visto en estados peores pero agitado muy pocas. Casi al borde del colapso puede ser... aún recordaba a aquella anciana que le había atendido y el como era el habitat natural del muchacho. Le habían metido buena riña en el Coliseo pero aquel bosque no se había llevado mucho de él.

Quizás se hubiee recargado de un árbol si no se sintiese tan paranóica como para pensar que este podría sacar de golpe un par de brazos y agarrarla. En ese momento, aprender magia de sombra no le imporaba tanto.

El sonrio y se apoyo en un arbol, a diferencia de ella no es que hubiese plantas carnivoras creciendo en cada pequeño rinconcito del bosque ¿O tal vez si?

- Puede ser, pero esto tambien hace que te hierva la sangre y es el dia a dia de la torre para la que cumplimos objetivos. Corremos peligros por una paga y tambien nos lleva a situaciones limite donde superarnos.

Coloco la mano detras de la armadura sacando un pequeño frasco, tomo un sorbo y observo despues a la muchacha, no bebio mas y se lo tendio, ella pudo ver como algunos de los leves cortes del rostro del chico se cerraban.

- Creo que vendrias necesitando algo de esto.

La tendio el pequeño frasquito cerrado. Simplemente con una sonrisa, aunque poco a poco pudo observar, como si de serpientes se tratase como las bandas de su armaduran descendian por su cuerpo y se colocaban alrededor de la espada para formar nuevamente la vaina.

- Vaya vaya, si bien de la planta han escapado,
y al golem han dejado plantado,
¿cuanto crees que aguanten,
con semejante talante?

Se escucharon esos leves susurros provenientes de cualquier lado.

- Tu siempre jugando con los niños,
travieso amado mio,
ten cuidado con donde pones tu colmillo.

Era como si la tierra contestase al viento.

- No hay nada que hacer,
soy tal cual soy porque es mi naturaleza.

Si bien a Hyunkel se lo vio en guardia buscando por todos lados no se movio del lugar, parecia comodo pero la situacion de tension de sus musculos denotaba que podria saltar en cualquier momento.

- Bebe eso.

Observó la inmediata reacción en la piel del muchacho tras que este diese un sorbo de aquella botella. Sin lugar a dudas de carácter mágico, no hacía falta tener demasiadas luces para darte cuenta de ello.

Aún sin tocar nada de aquel bosque con ninguna parte de su cuerpo más que las suelas de sus botas, extendió la mano para aceptar aquella botellita casi al mismo tiempo que aquellas voces se hacían presentes. Perturbadoras, claras y sin rostro.

Con el cuerpo aún un poco más tenso hizo caso de su compañero y se tragó el restante contenido de aquel frasquito para revitalizarse. Inmediatamente después cerró los puños e intentó con algo más de ganas descubrir la dirección de la que provenían las voces. Resultaba dificil ya que no notaba un foco específico de dirección.

No era tiempo de agradecer a su compañero por aquel trago ni de lamentarse. Tenían que intentar evitar a los posibles nuevos agresores y salir de allí cuanto antes. Parecían destinados a atraer todo bicho del plano. Hacía rato él le había enseñado a canalizar la energía para que eso no ocurriese pero parecía ser que en el plano Abismal todo era retorcido y diferente.

- Querida mi amor y tesoro,
en todos lugares brilla y hace mucho que no sale,
¿puedo a pasear sacarle?
Prometo que esta vez todo vale.

Las dos voces parecian hablar pero de alguna manera estaba claro que se estaban refiriendo a ellos dos, ya que de alguna manera sonaban cercanas pero lejanas y habian visto lo que habia pasado.

- Una vez mas con ellos quieres jugar,
pero esta vez no vas a ganar,
toca mi juego esta vez,
y no hay forma de que de mi brazo a torcer.

Fue entonces cuando como si por arte de magia pareciese, pudieron darse cuenta de algo, en el suelo, un ojo los observaba, no era pequeño sino que se encontraban en ese momento la chica en el centro y el muchacho apoyado en una "pestaña" (arbol).

- Bueno mi amor, esta vez sera asi, responded atentamente o jugad con mi avatar.

Ya me puedes esconder
y taparme las salidas,
que de allí donde naciese
me escaparé enseguida.

Fueron las palabras de la voz masculina mientras que observaba con su enorme ojo.

-Salto-

El aire se empezó a hacer un poco más pesado cada vez y aunque traslucido e imperceptible, cargado de esporas, se abrió paso entre sus fosas nasales comenzando a adormecer sus sentidos. Un par de bostezos, un cansancio que se hacía más y más notorio. Las rodillas se flexionaron, los músculos cedieron y los párpados se fueron cerrando tras nublarse la vista.

Un sueño profundo en el que no hubo más que oscuridad hasta despertar. Despertar para estar inmersos en más oscuridad. Hacía algo de frío. Las paredes eran de tierra y roca, entremezcladas con algo duro, como si fuesen... raíces. Como si estuviesen bajo tierra. No había ningún tipo de sonido, absolutamente nada. Ambos estaban tirados en el suelo, de pies y manos libres, pero incapacitados de poder ver nada. No había ni una sola luz en aquel lugar, fuese donde fuese ese sitio.

La muchacha estiró las manos a ciegas intentando encontrar a ciegas algo más que vacío. Pared quizás, o algo más. En un principio no encontró nada, ni siquiera a Hyunkel aunque podía sentir otra respiración. Creía que había alguien más allí. Quizás su compañero y eso esperaba que fuese pero por temor, no preguntó.

En la profundidad de la caverna, se podia escuchar aquella respiracion, sin lugar a dudas algo llamativo ya que de una u otra manera la muchacha habiendose quedado dormida habia terminado en el fondo de todo aquel lugar, literalmente en el fondo, ella no podia ver, pero quien estaba alli la veia a la perfeccion mientras que deberia acostumbrarse a aquel sitio el hombre no se movia y simplemente la observaba."

- Quizas deberias de tener cuidado por donde pisas jovencita,
ya que los juegos se acaban y no causan risa.

Añadio de aquella forma quizas molesta que hablaban en verso, podia haber reconocido la extraña voz que les habia dicho el acertijo, por el cual tan solo habia ganado tiempo.

- Disculpa semejante artimaña
que con toda nuestra maña
urdimos en esta mañana.

Sonaba algo triste ¿quizas arrepentido?

Sus pies se detuvieron y sus manos dejaron de estirarse buscando palpar algo, lo que fuese... con temor al mismo tiempo de encontrar algo más que piedra.
Definitivamente había alguien más allí, la voz se dirigió a ella. No tenía idea de si podía verla, pero él sabía que ella estaba. Reconoció su voz. Se tocó la cabeza como si doliese un poco cual migraña. Esas rimas... todo era un verdadero dolor.

-¿Quién sos? ¿Qué querés de nosotros? ¿Dónde está él?.- Inquirió refiriendose a Hyunkel. Se palpó las propias manos, muñecas, piernas, intentando descubrir si la habían hecho algo. Sus ojos intentaban acostumbrarse a la falta de luz pero era una capacidad que no tenía, con la que no había nacido. Por el momento, no se atrevía a utilizar magia.

Una leve risa broto de la piedra, mas que escuchandola sintiendola cuando hizo aquellas preguntas.

- Soy el diablo y soy dios,
soy los ojos del señor,
soy la oscura tentacion,
jovencita, mi nombre es Oberon.

Fueron sus escasas rimas para responder a las palabras que la muchacha habia pronunciado mientras que de la piedra brotaban, aunque el eco de la caverna confundia y no parecia haber respuesta del muchacho.

- Y si esto aun asi no te suena,
soy todo y soy la nada,
soy el señor de todas las hadas.

Poco a poco parecia que la caverna se cernia cuando habian dicho su nombre, como si abombase produciendo una esfera, pero despues volviendo a aquel lugar en el que se encontraban que en ningun momento habia cambiado, pero era como si su mismo nombre transformase por unos momentos la realidad.

- ¿que quiero yo ti?
Tan solo una ayudita
que si bien no es poca es grandecita
ya que bajo tierra llevo encerrado,
deben de ser 300 años.

Había escuchado de él... o eso creía recordar. Apretó los labios inevitablemente y no pudo evitar sentirse aún más tensa de lo que ya estaba. Si él era quien decía ser, quizás estaba metida en un aprieto muchísimo más grande del que creía. Si era Oberon, el señor de la plaga, las cosas estaban realmente muy mal. Que la dijese que precisaba su ayuda no podía significar nada bueno. Nada que tuviese relación al Dios de la muerte, al que supuestamente rendía servicio aquel ser que la tenía confinada, podía ser tomado a la ligera.

Tenía que tener cuidado con sus palabras, hacerle enojar, era más complicado que simplemente un riesgo.

-¿Qué clase de ayuda?- Creía que resultaría obvia la respuesta "salir, que me saqués de aquí". Pero quizás no fuese eso lo que él querría. A todo aquello, no había contestado todas sus preguntas.- ¿Qué hiciste con Hyunkel?- Juntó las rodillas y se las abrazó rodeandose las piernas con los brazos. No podía verle pero intentaba que la voz de aquel sujeto le indicase su posición o dirección. Mantuvo la vista fija no obstante en lo que creía debían de ser sus propias rodillas. No podía verlas pero sabía que estaban allí, eran suyas y tenía cierta noción del espacio.

- Es sencillo querida,
tan solo necesitamos una herida,
una gota de color carmesi,
que la piedra empape y la salida abra al fin.

Dijo como siempre hablando en rima, no era algo dificil, no era complicado de entender, no es que el poder del señor de la plaga no pudiese conseguir cosas asi, el señor de la muerte asi se lo llamaba correcto, pero no todos recordaban su nombre pues hacia mucho que nada azotaba el mundo como era debido.

- Tu amigo esta seguro,
en buena compañia se alla,
es mi esposa la que lo guarda,
su nombre es Erisand, aunque la conocen como Titania.

Unos dientes se formaron en el las paredes formando una sonrisa, casi como un dibujo, no podian hacer nad amas que aquellas cosas, no podian dañar a nadie, ni si quiera verse quizas, pero no a tanta distancia se encontraba aquel cuerpo encapuchado lleno de tatuajes oscuros y labios carnosos que como si de alguna forma eran llamativos.

Resultaba extraño que pudiese haberla traído hasta allí pero que necesitase de su ayuda para salir. Estando en un plano tan sombrío de reputación tan cuestionable, el simple hecho de que ya la pidiese sangre, por más que fuese tan solo una gota, no le hacía parecer ni simpático ni buena idea. Además de que por donde se mirase la cuestión, aquello había sido un secuestro.

No tenía idea de quién era Erisand, Titania o como quisiese llamar a aquella que teoricamente tenía a Hyunkel. Seguía sin poder ver nada y dudaba de que eso cambiase. Se alejó de lo que sabía que era una pared momentos atrás ya que había podido llegar a tocar esa roca con sus manos.

Se puso en pie y movió la mano provocando que un par de luces flotasen a su alrededor alumbrandolo todo. Parpadeó intentando acostumbrar la vista a la luz, aunque mágica y le vio. Vio al encapuchado con aquellos tatuajes cubriendo la totalidad de sus porciones de piel desnuda.

-¿Quién te encerró?

- Mi misma magia,
que con toda su gracia,
a la gente curo.

La boca se torno triste, parecia casi como un bufon como si se divirtiese con toda la situacion, pero despues la sonrisa y los labios se tornaron serios, ella pudo ver un hombre con la cabeza tapada por una tela y los brazos y piernas hasta la altura de la mitad del pecho absorvidos por la tierra y las raices agarrandolo, varias hileras de negros tatuajes como si de otras raices se tratasen lo recorrian como venas negras por todo el cuerpo.

- Heroes los llaman algunos,
alquimicos muchos otros,
pero de lo que si es seguro,
que por su culpa mi encierro es de lustros.

El cuerpo no se movia solo, clavado en aquel lugar, mas los labios y dientres de piedra guardaban un parecido bastante acorde con lo que realmente era aquel hombre.

- Mas no es por venganza,
que abandonar esto quiero,
es solo por mi amada,
a la que sin ver la vida no tolero.

-¿Y por qué mi sangre? ¿Por qué no la de ella, la de mi compañero... o la de cualquier otro que hubiese pasado antes durante esos 300 años que mencionas? 300 años y justo yo... justo ahora...-

Le seguía pareciendo una pésima idea, una terrible la de dejar a aquel hombre en libertad. Si estaba allí, no creía que fuese tan solo por su magia. Creía que se tendría que deber a algo más. Nada que pidiese sangre a otro para liberarse solía ser un mal menor. La situación era estresante.

Lo más práctico sería darle la gota de sangre y confiar en que tras aquello al devolviese al mundo exterior, que los liberase a ambos y que luego el plano de las sombras se arreglase frente a que ese ser estuviese libre de nuevo por allí. Hubiese sido lo que la mayoría hubiese hecho por sobrevivir pero ella no era una persona normal y estaba un tanto harta de que la manipulasen o obligasen a hacer cosas.
Si dejaba a ese ser libre, también podría ser fatal para tantos otros. Ya sentía bastantes pecados encima como para sumarse uno más de tal magnitud.

Se volvió a sentar en el centro de la estancia como quien se está planteando la posibilidad de no volver a ver la luz del sol nunca más ¿Por qué no podía ser una chica común y corriente de Inglaterra, cursando una carrera normal en la universidad, con amigos y familia normal?

El rostro de piedra puso una cara seria casi enojada, despues se suavizo y sonrio de una forma cruel al tiempo que divertida.

- Vaya vaya, la pequeña no lo sabe
lo que es la llave, lo que es tu sangre,
hace 300 años que nada asi aqui pisa,
es la raza humana la que a nosotros nos da risa.

Un leve crujido sono en la estancia mientras que de aquella manera la madera se quebravaba levemente bajo la fuerza del hombre, si la muchacha alzaba la vista y miraba en la direccion a aquel cuerpo podria ver tan solo un ojo y aquella sonrisa diabolica observandola con unos ojos verdes como la esmeralda pero apagados como si su brillo se hubiese perdido en algun punto.

- Pobre pobre caperuza,
que no sabe lidiar con nuestra gentuza,
Quizas dispuesta este a morir,
pero creo que no tanto por otros a decidir...

La sonrisa desaparecio y fue entonces como si la arena se moviese que ante ella una imagen se formo, la cara de hyunkel esculpida en la roca.

Se estremeció y se volvió a levantar casi como por arte de magia al ver ese rostro en la piedra. Lo sensato hubiese sido no acercarse pero era inevitable. La culpa, el rostro... todo la movibilizaba. Podía sentir las lágrimas queriendo salirse de sus ojos bajo la desesperación que sentía a carne viva. Basura... ese ser era una basura. Sabía que la estaba manipulando, que lo que la mostrase podría o no ser real y aún así, quizás a diferencia de lo que Hyunkel hubiese hecho a pesar de haberle prometido protegerla a cambio de toda la información que él quería de ella.. ella sabía lo que tenía que hacer. Provablemente la estuviese usando, fuese todo una farsa ¿Pero qué más podía hacer? Ella no era como Hyunkel y sin lugar a dudas si lo protegía no era porque simplemente le necesitase. Quería creer que en cierta forma seguía habiendo humanidad dentro de si, que no era la basura de persona que le habían enseñado a ser durante toda su vida.

Haberle pedido una prueba de que realmente era Hyunkel hubiese sido lo mismo que nada. Seguramente la hubiese mostrado lo que él quisiese que ella creyese.
No se privó de que alguna lágrima se escapase silenciosa y con seriedad se acercó a ese terrorifico rostro haciendole frente.

-Resulta cierto... que no pueden resistirse a nuestra sangre ¿Eh? nos repudian pero claramente nos necesitan.- Arrastró las palabras con asco.-

Hundió la mirada en aquel terrorífico ojo que la observaba.

-No voy a pedir un contrato... de todas formas le encontrarías el vacío "legal" y seguramente me atase más de lo que metaforicamente ya me encuentro.- Sabía que tampoco podía confiar en que Hyunkel fuese a sobrevivir a aquello pero ¿Qué otra cosa podía hacer? La esperanza era lo único que quedaba en aquel momento.
Llevó su mano izquierda hacia aquellos pinchudos dientes, apretando sus propios labios, observando el rostro de piedra que aún se asemejaba al de Hyunkel.

-Él no se merece nada de todo esto. Almenos considera ser un ser de palabra y dejarle en paz, sano y salvo donde nos encontraste.-